Parroquia Sagrado Corazón de Jesús


Si tuviera que escribir sobre los hitos más importantes que han acaecido estos últimos años en el seno de mi más directa familia, me sería imposible hacerlo sin mencionar, una y otra vez, la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, que cumple felizmente su primer medio siglo de actividad y apostolado.

A los nueve años de su inauguración, contraje matrimonio con mi esposa, Loreto Climent Serrano, en el altar de este templo, el 10 de Abril de 1961. Bendijo nuestra unión, que aún perdura, un ex-profesor mío, el reverendo Padre Estanislao de Guadasuar, capuchino, ayudado por el titular de la parroquia, reverendo Francisco Bañó.

Luego, entre mis propios parientes y amigos, se han sucedido otras bodas, primeras comuniones, defunciones, bautizos...con la iglesia como escenario de tantos y tantos eventos; faustos felices unos, deplorables otros.

Me decía el fraile que nos casó que todas las parejas que él había bendecido a lo largo de sus muchos años de ejercer el sacerdocio, habían tenido descendencia, circunstancia de la que el padre Estanislao se sentía particularmente satisfecho.

No fue mi intención defraudarle, por lo que también mi unión fue fértil. En el Sagrado Corazón tomaron la primera comunión mis dos hijas Mercedes y Ángeles. La primera de ellas, la mayor, contrajo aquí matrimonio el 11 de Noviembre de 1994, y aquí bautizó a sus dos preciosas hijas, nuestras nietas. Incluyendo acontecimientos luctuosos, no podría darse mayor relación de intimidad entre la parroquia y mi propio linaje.

SE DESPLOMÓ LA CUPULA

En 1949 terminé mis estudios de bachillerto en un pueblín valenciano, Masamagrell, del que regresé, cuando medio Elche era un clamor, porque se había desplomado la cúpula de l'església que estan fent en la plaÇuela. Las comadres no se conformaban con el derrumbe en sí y, en una primera intención, adjudicaban fallecidos por el accidente fortuito. No los hubo, ni siquiera heridos, porque el suceso tuvo lugar durante la noche; pereo ante la sequía de noticias hace medio siglo largo, el morbo y la fantasía popular tenían que desatarse.

Desde que se inauguró el Pont Nou o Puente de Canalejas, en 1913, este sector quedó mucho mejor comunicado en La Vila o centro urbano de Elche, cuyos moradores se referían a todo este perímetro delimitado por el Vinalopó y los puentes de Canalejas y de Ferro, hasta que se inauguró la parroquia y ya fue el barrio del Corazón de Jesús, y así se le denomina siempre, aunque se esté hablando en valenciano, que en esta parcela jamás ha usado la denominación de Cor de Jesús.

Refiriéndose al ámbito geográfico y demográfico de la feligresía, ésta es una parroquia singular, que ha experimentado un desarrollo inimaginable y que ha coadyuvado decisivamente a que el progreso se extienda por todo el término municipal. Como he dicho, el templo se asienta en los terrenos que ocupó la plazuela o lonja de frutas y verduras, con sus asentadores, de un lado, y los minoristas, del otro. Aquello no tiene nada que ver con el actual Parque Agroalimentario; fue sencillamente su primera célula o semilla que germinó pronto, creciedo desmesuradamente como corresponde a una ciudad que supera los 200.000 habitantes.


CINCUENTA AÑOS ES MUCHO

Decía el tango que veinte años no es nada. Yo creo, en cambio, que cincuenta son mucho. La plaza de España de hoy tampoco tiene nada que ver con la de hace media centuria: a las espaldas del templo, formando chaflán con la calle Marqués de Asprillas y la plaza dicha, se alzaban la popular "fábrica de Valera" a un lado y, al otro, el almacén de maderas Castejón. Frente al actual campanario  media manzana se endulzaba con la actividad de Damel, aquella nostálgica fábrica de carmelos y golosinas, que hasta ha perdido su denominación prístina y ha renegado del municipio donde la engendró la familia Torres.

Con unos 35.000 habitantes, el censo del sector resulta abrumador y excesivo para una parroquia. En general se trata de familias de clase media, con naturales excepciones hacia arriba y hacia abajo; pero, repito, siempre en términos generales el standard de vida de los habitantes del barrio es más que aceptable.

Hace cincuenta años en el perímetro no funcionaba una solo entidad financiera. Hoy no sólo abundan las oficinas, sino que los primeros bancos establecidos en Elche tienen sus oficinas centrales en él. Ahí van unas simples muestras: Banco BBVA, Guipuzcoano, Popular Español, Pastor, Zaragozano, Español de Crédito, Valencia y Sabadell, independientemente de otras agencias como las de la Caja de Ahorros del Mediterráneo y el único banco extranjero que trabaja en Elche, el Deutsche Bank, y que perdonen los omitidos, que tampoco he pretendido hacer una estadística detallada, sino dar una pincelada de los otros templos del barrio, los del dinero. Ni siquiera en el centro urbano se pueden contabilizar tantas cajas fuertes por metro cuadrado como en este amplio vecindario.

UN BARRIO PIONERO

El sector del Sagrado Corazón es pionero y puntero en tantos aspectos, que no quiero omitir algunos: aquí, en la calle Doctor Caro, empezó a funcionar en 1934 la primera emisora de radio de la mitad meridional de la provincia de Alicante, Radio Elche, fundada por D. José Garrigós Espino, que mantuvo una amistad fraternal con el primer párroco, D. Paco Bañó, de quienes contaré una anécdota.

El hijo del fundador, Juan Garrigós Piecho, puso en pie una de las dos primeras estaciones locales de televisión. La primera fue Tele-Elx, también surgió apenas unos metros del templo. En 1973 surgió el primer gran almacén de la ciudad, Simago, en Reina Victoria, calle en la funcionó la primera y única Casa de Socorro.

A primeros de siglo, cuando llegó el cinematógrafo, las proyecciones se dieron en el Teatro Kursaal (hoy Gran Teatro), el Llorente, el Coliseo y en uno de las cines pionero, el ideal, en la calle del Doctor Caro, hoy convertido en discoteca light para quinceañeros.

La parroquia cumple su primer medio siglo en un ambiente que se me antoja más que aceptable, con el deseo de todos los feligreses de que el 2052 celebre la primera centuria con todavía mayor entusiasmo y, Dios mediante, con menos escasez de sacerdotes, porque en cuestión de vocaciones sacerdotales nuestro barrio sigue la tónica general. La juventud de hoy no está por la labro de colmar seminarios.

ANÉCDOTA RADIOFÓNICA


Cuando el prelado José García Goldáraz bendijo la parroquia, en 1952, todavía faltaba un año para que desaparecieran las cartillas del hambre y del racionamiento, que se esfumaron en la primavera de 1953. Quiero significar que todavía sufría España una época de agudas privaciones y carencias. La precariedad de medios era la tónica general.

Don José Garrigós Espino precisaba una pieza para el buen funcionamiento de su emisora y no había forma de encontrarla en España, de ninguna de las maneras. Alguién le informó que podría localizarla en Portugal.

Como no había más remedio , se organizó el viaje en el que figuraba el señor Garrigós Espino, su hijo Juan Garrigós Piecho, y el reverendo don Paco Bañó que, a la sazón no podía más que vestir su sotana. Salvadora en esta oportunidad.

La aventura en Potugal comenzó bastante bien, pues, aunque no fue fácil, por fin, el señor Garrigós localizaba la válvula que precisaba para su estación radiofónica; pero surgía otro problema, ¿cómo pasarla a España por la aduana, sin declararla? De haber sido detectada, la hubiera confiscado la polícia de Aduana.

El presbítero se hizo cargo de la pieza mecánica, y la pudo sacar oculta bajo la providencial sotana. No es más que una anécdota, pero totalmente cierta y auténtica.

Elche, 2002
V. Pastor Chilar


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