MERCEDES
Hoy me sabe el ambiente a mazapanes,
A trigo de oropéndolas
Y a fragancia de tabernáculo.
La pila bautismal candor inciensa.
Su boquita sin dientes es crepúsculo
Aleteando epopeyas.
La danza de las olas acaricia
sin rizos su cabeza.
Es carne de mi carne
la hija de mis hijos. Es mi nieta.
Como un cúmulo tierno de claveles,
De barcarolas, pétalos y adelfas,
Se ha encarnado en mi niña la
Esperanza.
Lucen dos faros bajo un par de cejas.
Veo golosa a mi hija, que es su madre,
Libando el hilo tenue del néctar
Que destilan dos pétalos en celo.
de entre sus labios, flor de primavera.
Aún no me conoce y me sonríe
Cada dia mi pequeña
Como una pastoral de risa y llanto,
Salpicada de sándalos y nieblas.
Me he estremecido al oirle decir...nada.
Tan sólo balbucea.
No fue más que un susurro de pañales,
Sólo el arpegio de un violín sin cuerdas.
Solstilcio de chupete y sonajero,
Titinando al amor de las palmeras
¿No habéis visto un jazmín color de
Fuego,
Fuego,
Ni bostezar un rayo en dulce siesta?
Mi Mercedes es eso y mucho más,
Un capullito rosicler en feria.
Y a sus abuelos nos arroba en éxtasis,
Simplemente sacándonos la lengua.
La placidez se adueña del hogar
Cuando en su cuna sueña,
Cuando en su cuna sueña,
ya no sé de qué rie, pero ríe,
¿de qué reirá mi nena?
Cuando descosolada se desgarra,
hecha un cantar de lágrimas y penas,
nos deja sin arrestos, arrestados.
A la nanita, nana, nanita,ea
Tu arrebol es envidia de los ángeles,
Tus abuelos te velan.
En mi horizonte un sol ha amanecido.
Entorna tus pestañas. Con Dios queda.
¿Se adora más a un nieto que a los hijos?
Estúpida polémica.
Hay amor infinito para todos.
Se quiere a todos con pasión inédita.
Vivimos imantados con su hechizo.
A ella solo entusiasma su botella
Cubierta de tetina.
Cuando la ve, agita y patalea;
El biberon es su ágape y festín.
En un vaso de leche está su meta.
Surgió desde el escote de noviembre y
Un día no alumbra sin que vaya a verla,
La miro y cobro alientos.
Sus padres, sus abuelos, sus abuelas
La miman, la vigilan y la besan.
Y ella rie, succiona, duerme, llora,
Eructa o defeca.
Es tan sensible mi amapola en ciernes,
Tan frágil mi muñeca,
Que temo que la aflija un soplo de aire,
O el simple aletear de una libélula.
Cuando abre su boquita desdentada
Y hacen guiños sus piernas.
Que nos la guarde el ángel de la guarda.
A la nanitan nana, nanita, ea.
Superior es su estirpe cristalina:
Nit de l'albá en sus venas,
Savia de Crevillente en las entrañas.
¿Sería posible mejorar su esencia?
Hoy me sabe su aliento a mares y algas,
A enjambre de azucenas.
Soberbio sol caldeará mi otoño,
Nuestra nieta es bebé de cinco estrellas
Elche, 1996 V. Pastor Chilar
Elche,
V. Pastor Chilar
Tu arrebol es envidia de los ángeles,
Tus abuelos te velan.
En mi horizonte un sol ha amanecido.
Entorna tus pestañas. Con Dios queda.
¿Se adora más a un nieto que a los hijos?
Estúpida polémica.
Hay amor infinito para todos.
Se quiere a todos con pasión inédita.
Vivimos imantados con su hechizo.
A ella solo entusiasma su botella
Cubierta de tetina.
Cuando la ve, agita y patalea;
El biberon es su ágape y festín.
En un vaso de leche está su meta.
Surgió desde el escote de noviembre y
Un día no alumbra sin que vaya a verla,
La miro y cobro alientos.
Sus padres, sus abuelos, sus abuelas
La miman, la vigilan y la besan.
Y ella rie, succiona, duerme, llora,
Eructa o defeca.
Es tan sensible mi amapola en ciernes,
Tan frágil mi muñeca,
Que temo que la aflija un soplo de aire,
O el simple aletear de una libélula.
Cuando abre su boquita desdentada
Y hacen guiños sus piernas.
Que nos la guarde el ángel de la guarda.
A la nanitan nana, nanita, ea.
Superior es su estirpe cristalina:
Nit de l'albá en sus venas,
Savia de Crevillente en las entrañas.
¿Sería posible mejorar su esencia?
Hoy me sabe su aliento a mares y algas,
A enjambre de azucenas.
Soberbio sol caldeará mi otoño,
Nuestra nieta es bebé de cinco estrellas
Elche, 1996 V. Pastor Chilar
Este poema obtuvo el II Premio en el I Certamen de Poesía "Miss Primavera", convocado por la Asociación Cultural "Puente de la Virgen", de Elche, en Abril de 1996.
LOURDES CINCO AÑOS
Cinco años con Lourdes, poco tiempo,
Cinco años riéndote ocurrencias,
Sesenta meses de dicha.
Cinco años de alegrías y de penas.
Pronto te sentirás adolescente,
Ayer la guardería hoy la escuela.
Celosa de tus ojos azul cielo.
Y del sol que se acuna en tu cabeza,
Tus dientes blancos y tus labios grana
Se sienten las estrellas.
Pero eres tan revoltosa,
Testaruda y desinquieta...
Que muerdes en las carnes a Mercedes.
Lourdes, déjala quieta.
Adoras a tu hermana con fervor,
No sabes vivir sin ella.
En Elche o en Crevillente,
Ni comiendo ni en la siesta.
Y si cambia el viento de color
Os hacéis llorar con fuerza.
En el campo jugando con tus primos,
Tú siempre la primera
Y..., si alguien se adelanta en el teléfono,
gritas y pataleas.
Aunque no vueles, eres querubín,
Un ángel cuando vas en bicicleta.
Te queremos, todos te acariciamos
Y nos embelesamos a la puerta
De tu cuarto cuando duermes
O nos armas zapatiestas.
Y la respiración se nos detiene
Mientras soplas cinco velas.
Un cumpleaños feliz te deseamos
En tarde de nata y fresas.
Cuando por la mañanas os recojo
A tu hermana y a ti, y llorosa llegas,
Nadie sabe qué te ocurre,
Ni sabemos de qué, pero te quejas
Y cambia tu humor de pronto
hasta llegar a la escuela.
Cogiditos de la mano
Entonamos los tres la cantinela:
Los días de la semana,
La tabla y continentes de la tierra.
Para terminar cantando
Nuestras canciones típicas y viejas:
"Ala música la Nyora",
"Ya ve l'aigua menuéta",
"Venín de la mar, no portem diners...",
La canÇó de Sunsioneta,
O la de aquell senyoret
Que li tira una peseta.
Y, si llueve, le cantamos
A la virgen de la cueva.
Menos mal que ya no exiges
Que al colegio te lleve a coscoletas.
Diablillo angelical,
Lourdes de mis entretelas,
Una sonrisa nos basta
Cuando nos mandas y ordenas,
Cuando pides chucherías
O cuando nos abrazas y nos besas.
Cinco años, cinco soles,
Cinco, mi segunda nieta.
Cumple muchísimos más
Con esa misma firmeza,
Junto a tus padres, tíos y primos,
Con tus abuelos y abuelas,
Con Mercedes que es la tata
Más guapa que verse pueda.
Todos te aplaudiremos con amor
Cuando apagues simpática las velas.
Elche, 2004
V. Pastor Chilar
ÁNGELA
Nombre
de serafín para un diablillo
que
sus dos años pasea
con
dos luceros por ojos
y un
zafiro por cabeza.
Aún
no pronuncias tu nombre
ÁNGELA
de jazmines y azucenas,
pero
aprendiste bien tus apellidos
de
corrido los recuerdas.
-lúcelos
con orgullo y dignidad-
de
ambrosía eres BOTELLA.
pañales
de susurros en un pétalo;
feliz
pastor de céfiros y estrellas
que
arracimas en tus sueños
y con
toda pasión los apacientas.
Aunque
brotaste en diciembre,
preludio
de la savia navideña,
Ángela
entre los ángeles,
aquel
día estalló la primavera.
a tus
padres les gusta bautizarte
como
un polito de fresa.
Te
quieren como todos te adoramos
y tú
te echas el mundo por montera
cuando
los sueños caen sobre tus párpados
o te
acunan los duendes de la siesta.
El
pulgar llena tu boca,
tu
pulgar, divino néctar,
placer
de dioses al que no renuncias,
que
es el mejor chupete de la tierra
Cómo
gozas con sus tatas
y con
las dos te embelesas
cómo
te arrullan Lourdes y Mercedes
mientras
las acaricias y las besas.
¿qué
te ha hecho tu madrina
para
esquivar su presencia?
¿no ves
que todos te quieren
por
ser tan chiquita y bella?
No lo
ves, que a los dos años
no es
posible pedir mayor conciencia.
ya
cumplirás muchos más
de
años colmarás la cesta,
con
dicha y felicidad,
toda
la que hoy te desean,
con
lágrimas de amor y de emoción
los
yayos y tus abuelas.
No
hay bálsamo como tú.
júbilo
y alegría en nuestras penas.
¡Qué
cascabel de risas y sonrisas,
de órdenes, de arrumacos y exigencias!
Eres
autoritaria y cariñosa,
capullo
de candores e inocencia
y
muñequita linda que iluminas
nuestras
vidas cuando un revés acecha.
Ríete
y juega gozosa,
los
ángeles de Ángela te velan,
felicidad
te anticipan.
La
tendrás como toda niña buena.
Nombre
de serafín para un diablillo
que
se convirtió en princesa
y en
centro de la familia
más
unida de la tierra.
Duérmete
en nubes de plata,
mece
al alba tu cuerpo de muñeca
y al
darnos las buenas noches,
la
dicha de las dichas saborea,
para
sentirte feliz,
colócate
el pulgar entre las muelas.
Elche,
V. Pastor Chilar
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